Y una vez más fuimos al Fliegendes Theater para adentrarnos en los más profundo del mar donde los calamares, medusas, caballitos de mar y peces de toda índole, tamaño y color hacen malabares, juegan entre ellos e incluso se atreven a volar para besar a la luna. Una obra llena de fantasía y realizada con mucho cariño y esmero.